Hace unos días se publicó la noticia de que agentes de la Guardia Civil de Cádiz detuvieron a un joven de 33 años que supuestamente violó a una menor de edad a la que conoció en internet y a la que coaccionó a través de una conocida red social.
La víctima acudió en aquellas fechas a un cuartel de la Guardia Civil para denunciar que había sufrido una agresión sexual consumada por parte de un hombre, vecino de Chiclana de la Frontera, al que había conocido a través de una red social y con el que había mantenido correspondencia por correo electrónico. Según explicaron en el Instituto Armado, el presunto agresor logró ganarse su confianza y obtuvo información sobre la vida privada de la chica. Entre otras cosas, datos «comprometedores» sobre vivencias personales que le había facilitado la chica.
Con esta información en su poder, el hombre empezó a chantajearla con el objetivo de conseguir una cita con ella, a lo que la menor acabó accediendo. Una vez juntos, ambos se desplazaron en el vehículo de él hasta una zona despoblada, donde volvió a amenazarla con divulgar los datos que tenía entre personas de su entorno si no accedía a sus pretensiones. La menor llegó a oponerse y el hombre la abofeteó. Tras consumarse la agresión sexual, la chica denunció lo sucedido y un equipo de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación, aplicándole a la víctima el protocolo de actuación en casos de agresión sexual…
Habría que enseñar a nuestros hijos es que las redes sociales están para hacer un buen uso de ellas y que no es el medio para dejar datoscon el que puedan chantajearles para lograr un propósito desconocido. Deben comprender que no se pueden facilitar datos personales a nadie en internet, porque no saben con quién están hablando realmente.